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Cierro los ojos y el mundo muere;
levanto los párpados y otra vez nace todo.
(Creo que te inventé en mi mente.)
Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
sin sentir galopa la negrura.
Cierro los ojos y el mundo muere.
Soñé que me hechizabas en la cama.
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).
Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.
Imaginé que volverías como dijiste,
pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente.)
Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que te inventé en mi mente.)
Esto,que está muy mal, está pasando.Como pasó el amorpasará el desconsuelo.¿Acabaré agradeciendo al tiempolo que en él siempre odié?:que todo pase,que todo lo convierta al fin en nada.
De nada queda nada. Nada somos.
Un poco al sol y al aire retrasamos
la irrespirable tiniebla en que nos pese
la humilde tierra impuesta:
cadáveres aplazados que procrean.
Leyes hechas, estatuas vistas, odas acabadas:
todo tiene hoyo propio. Si nosotros, carnes
a las que un sol íntimo da sangre, tenemos
ocaso, ¿por qué no ellas?
Somos cuentos contando cuentos, nada.
El agua deslía la conciencia, una a unaempapa las imágenes, se agitan sus reflejos,tiemblan sólo un instante sobre la herida. Nuncaacabará la lluvia. En la memoria llueve,vuelvo a ver los charcos de la infancia, una mantaempapada sobre vagas cabezas, y un rostromuy fugaz de mujer. Siempre estuvo lloviendo,los pájaros perdidos buscaban entibiarseen nuestra sangre. Aquella boca de tibia lunaenmudecida y fría, sobre la yerba húmeda...¿A dónde lleva el agua esas semillas?, ¿en qué mardesembocan?, ¿en qué madre germinan?, ¿acasoel alma es tierra y luego, ya en sazón, fructificanbajo el temblor de la memoria? Tocar el mundocon nuestras manos ciegas, y luego, en el recuerdo,otro mundo renace más intenso. Aquellamano posada sobre el tiempo, aquella frentecon su gesto de arcilla, y este turbio afándel hombre por alzar su casa derruidabajo la tempestad, esta inquietud de abriren las ondas de todos los regatos la entrañaencendida del musgo. Sí, ¿en qué océano,en qué lecho se vierten las palabras?, ¿qué muellesrefugian a sus barcos? El cielo es agua quieta,y el polvo, y los vestigios que espejean y abrasanen su luz la conciencia. Náufragos todos bajoidéntico aguacero, peregrinos del sueño,creciendo sobre el pecho del tiempo, sosteniéndonossobre la mano incierta de un dios que nos ignora.
Es raro no saber nada, no estar seguro de qué es cierto o qué es justo o qué es real,sino hablar con matices, eso creo, o bueno,así parece, alguien debe saberlo.Es raro no entender cómo marchan las cosas,la astucia humana para hallar lo necesario,su sentido formal, su puntual fecundar, sí,es raro hasta el gastar ese conocimiento,pues la carne nos ciñe con sus propias decisiones,y pasar sin embargo la vida en vaguedades,que cuando comenzamos a morirno tenemos ni idea de porqué.
Cerremos estos ojos para entrar al misterio el que acude con gozos y desdichasasíen esta noche provocada crearemos por fin nuestras propias estrellasy nuestra hermosa colección de sueñosel pobre mundo seguirá rodando lejos de nuestros párpados caídoshabrá hurtos abusos fechoríaso sea el espantoso ritmo de las cosasallá en la calle seguirán los mismosescaparates de las tentacionesah pero nuestros ojos tapados piensan sientenlo que no pensaron ni sintieron antessi pasado mañana los abrimosel corazón acaso se encabriteasí hasta que los párpadosse nos caigan de nuevoy volvamos al pacto de lo oscuro
Luz de un quinquet9 pintas, 29 latidos, Gillespie,madrugada, ganas de hablar.La generación del 77 íbamos a cambiar el mundo en el fututopero los electrodomésticos siguen funcionando en el 2007,como siempre…Me pregunto:Por qué un intermitente puede llevarme a la lágrima, de vasta emoción, por qué siento que me responde, cuando se ilumina su automática luz naranja, y que no estoy solo, que somos dos, objetos comunicándose, que la máquina pretende mi atención, sabiendo antes de que se ilumine sin embargo apenas un segundo antes que así será…No lo entiendo:Por qué ladra el borracho a los coches que pasan a su lado.Es de noche.Hace frío.Mientras, la gente ahí afuera insiste, empujando sus pesadas rocas, hacia la pirámide.En las paredes de mi casa se pudre la luz de ayer por la mañana.Y yo sigo de pie junto a la ventana, sin tomar ninguna decisión.Podría quedarme a vivir dentro de esta canción.A night in Tunisia.Pienso que:La oportunidad debe ir acompañada de destreza…Todos los muebles de casa me observan con rostro de preocupación.No quiero pensar,para no atraer su atención con el ruido de mi cabeza.Un automóvil ha atropellado al borracho, se apagó el ruido y la furia.Está muerto, pero no siento lástima.Tampoco sé qué significa eso realmente, si es salvaje, inhumano o inmoral,pero es cierto.Y mientras, la gente ahí afuera no deja de insistir, empujando sus rocas.Me pregunto:Debe haber algún motivo por el que todo haya adquirido esta forma,esta forma de costumbre, en que amanece como una herida sin importancia.Ya no recuerdo qué clase de paciencia me trajo a este lugar...
Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche,¿qué mano inmortal, qué ojopudo idear tu terrible simetría?¿En qué profundidades distantes,en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?¿Con qué alas osó elevarse?¿Qué mano osó tomar ese fuego?¿Y qué hombro, y qué artepudieron tejer la nervadura de tu corazón?Y al comenzar los latidos de tu corazón,¿qué mano terrible?, ¿qué terribles pies?¿qué martillo? ¿qué cadena?¿en qué horno se templó tu cerebro?¿En qué yunque? ¿Qué tremendas garrasosaron sus mortales terrores dominar?Cuando las estrellas arrojaron sus lanzasy bañaron los cielos con sus lágrimas¿sonrió al ver su obra?¿El mismo que hizo al cordero fue quien te hizo a ti?Tigre, tigre, que te enciendes en luzpor los bosques de la noche¿qué mano inmortal, qué ojoosó idear tu terrible simetría?
Amé. Es incomprensible como el temor de los árboles.Ahora estoy extraviado en la luz pero yo sé que amé.Yo vivía en un ser y su sangre se deslizaba por mis venas yla música me envolvía y yo mismo era música.Ahora,¿quién es ciego en mis ojos?Unas manos pasaban sobre mi rostro y envejecían dulcemente.¿Qué fue existir entre cuerdas y olvidos?¿Quién fui en los brazos de mi madre, quién fui en mi propio corazón?Es extraño: solamente he aprendido a desconocer y olvidar.Es extraño:todavía el amorhabita en el olvido.
Va a seguir, pero duda, y se detienea saludar mejor. Acaso entiendeque la frecuencia obliga a cierto aumentoen lo que atañe a tiempo y calidad.Recuerdo que hace sólo unas semanasnos cruzábamos y él me saludabacon hastaluego y mínima sonrisa,sencillez que también se agradecíapor cómoda y ausente de embarazo(nunca he sido muy hábil en el trato social).Luego, y aunque en esta ocasióntodo queda en las frases de rigor,pienso en que se ha parado y ya lamentode este engorro de siempre el nuevo ascenso.Me inquieta no saber lo que pretende:resultarme simpático, imponersea ese miedo trivial, escandaloso,que tenemos los unos de los otros.
Alegría de no estar compactado,de no ser una mole de cemento,de no ser sólo alguiensino álguienes,de verme después como a otro distinto(¿cómo pude ser ése que era entonces?).Alegría de cambiar yser ya otro,de no estar encallado ni varado,de zarpar,trasbordar,desembarcar…Alegría de no ser siempre el mismo,de no ser un estanque, un mineral,de no ser aúnun fósil niuna momia,del ahora y delpor el momento.Alegría de estar siendo yser estando,del vete tú a saber qué seré luego.Alegría de fluir.Alegría.
Grandes son los desiertos, y todo es desierto.No sólo algunas toneladas de piedras o ladrillos en lo altoque disfrazan el suelo, el tal suelo que es todo.Grandes son los desiertos y las almas desiertas y grandes-desiertas porque no pasan por ellas sino ellas mismas,grandes porque desde allí se ve todo, y todo murió-.¡Grandes son los desiertos, alma mía!Grandes son los desiertos.No saqué billete para la vida,erré a la puerta del sentimiento,no hubo voluntad u ocasión que no perdiera.Hoy nada me resta en vísperas de viaje,con la maleta abierta esperando el acomodo aplazado,sentado en la silla en compañía de las camisas que no caben,hoy nada me queda (además de lo incómodo de estar sentado así)sino saber esto:Grandes son los desiertos, y todo es desierto.Grande es la vida, y no vale la pena que haya vida.Acomodo mejor la maleta con los ojos de pensar en acomodarque con el acomodo de las manos facticias (y creo que digo bien).Enciendo un cigarro para aplazar el viaje,para aplazar todos los viajes,para aplazar el universo entero.¡Vuelve mañana, realidad!¡Basta por hoy, gentes!¡Aplázate, presente absoluto!Más vale no tenerlo que vivir así.Compren chocolates al niño a quien sucedí por errory arranquen el letrero porque el mañana es infinito.Pero tengo que acomodar la maleta,tengo por fuerza que acomodar la maleta,la maleta.No puedo llevar las camisas en la hipótesis y la maleta en la razón.Sí, toda la vida he tenido que acomodar la maleta.Pero también, toda la vida, me he quedado sentado a la orilla de las camisas apiladas,rumiando, como un buey que no llegó a ser Apis, destino.Tengo que acomodar la maleta del ser.Tengo que existir acomodando maletas.La ceniza del cigarro cayó sobre la camisa de encima del montón.Me pongo de costado, me aseguro de que estoy durmiendo.Sólo sé que tengo que acomodar la maletay que los desiertos son grandes y todo es desierto,y cualquier parábola respecto a esto,pero de esa ya me olvidé.Me levanto de repente todos los Césares.Voy definitivamente a acomodar la maleta.Hala, he de acomodarla y cerrarla;he de llevármela de aquí,he de existir independientemente de ella.Grandes son los desiertos y todo es desierto,salvo error, naturalmente.¡Pobre del alma humana con oasis sólo en el desierto de al lado!Más vale acomodar la maleta.Fin.
Con qué ferocidad y a qué hora importunasalen tus veinte años de la fotografíapara exigirme cuentas.En los ojos heridos por la luzsostienes la mirada de mis sobras,en el descaro de tus profecíasdesdeñas la lealtad de mis recuerdos,en la piel transparenteanegas el cansancio de mi piely defines mis años por traiciones.No escandalices más,hablemos si tú quieres,elige tú las armas y el paisajede la conversación,y espera a que se vayan los invitados a la cena fríade mis cuarenta años.Por evaporaciones,como las aguas sucias de los charcosse acercan a las nubes,caminaré contigohasta la plaza de tu juventud.Allí están los magníficosárboles de las ciencias y las letrascon sus palabras en el mes de mayo,y el orden de los númerosa la orilla del tiempo,más cerca de las sumas que de las divisiones.Imagino tu voz, supongo el aire-porque a veces regresa hasta mis labiosen noches de espesura-con el que afirmarásque toda libertad es una roca,que no faltan el viento y las razones,sino la voluntad en el timón,para gritar después que mi concienciaes ya ropa tendida,palabras puestas a secar.Tendrás razón. No digoni la mitad de lo que siento.Pero recuerda que mi soledad,la que arde en mi lámpara de desaparecido,es el silencio de las causas públicas.Y puedes comprenderme:mis mujeres dormidas,el cajón de los barcos indefensos,un teléfono antiguo...,todas las tachaduras se parecena la inquietud que sufresante la vida en blanco.Ya que fuerzas mis sombras con tu luzcomprende mi silencio en tus exclamaciones.Porque sabes que séel lado frágil de la impertinencia,lo que hay de imitación en tu seguridad,la certeza que llega de los otrospara empujartepor el afán de ser el elegido,por el deseo de gustar,hasta vivir de oídas en muchas ocasiones.Aceptaré las quejas, si tú me reconocesla legitimidad de la impostura.Ahora que necesitomeditar lo que creoen busca de un destino soportable,me acerco a ti,porque sabías meditar tus dudas.Cuando tengas la edad que se avecina,admitirás el tiempo de los encajadores,la piel gastada y resistente,el tono bajo de la vozy el corazón cansado de elegirsombras de pie o luz arrodillada.Después de lo que he visto y lo que tú verás,no es un mal resultado, te lo juro.Baja conmigo al día,ven hasta los paisajes verdaderosen los que discutimos,y me agradecerásla difícil tarea de tu supervivencia.
Ahora que ya tus ojos son como sal, y fértiltu inmensa boca es un volcán difunto.Ahora que ya los lobos y las piedras,tus vestidos pegados cual olvidadas vendasy este atroz mineral que extraje de tu pecho,son reliquias tan ciertas como antiguos abrazos.Ahora que tus axilas pueblan de olor el mundodonde yo con mi piel de viudo te presiento.Ahora que tus zapatos, tus sostenes, tu lápiz de labios,no me dan más que frío al encontrarlos.Ahora que ya no puedo dormir donde has dormidoporque mis ojos lloran azufre y yodo ardiendo.Ahora que ya no puedo ver tu talla desnudaporque alambres al rojo se clavan en mi sexo.Ahora que los domingos salgo sin rumbo, inmóvil,y que tranvías, yeguas, las moradas mujeres ni el consuelo,han de torcer mi ruta de novio eternamente.Ahora que ya conozco lo bastante a los hombres,para que no me fíe ni de mi pena misma.Ahora que los difuntos, en montones austeros,son incapaces de hacerme verter lágrimasporque mis ojos son de cristal y aluminio.Ahora que ya me olvido de qué es dormir tranquilo,e imbéciles amigos pueblan mi soledad de compasiones que no quiero.Ahora que mis dos manos son totalmente inútilesporque en clavos con óxido sólo encuentran tu cuerpo.Ahora que ya mi boca pudiera cerrarse eternamente,porque tus salobres ingles, tus sustanciosos huesos,ya ni me pertenecen.Ahora que ni cuchillos, ni pistolas, ni ojos envenenados,me hacen temblar de miedo, porque un solo venenoes quien late en mis pulsos.
Sabemos, sí, que hay luz. Esta aguardandodetrás de esa ventanacon sus trágicas garras diamantinas,ansiosa de clavarnos, de hundirnosevidencias en la carne, en los ojos, más allá.La resistimos, obstinadamente,en la prolongación, cuarto cerrado,de la felicidad oscura,caliente aún en los cuerpos de la noche.Los besos son de noche todavíay nuestros labios cavan en la aurora,aún, un espacio: el gran besar nocturno.Sabemos, sí, que hay mundo.Testigos vagos de él, romper de olas,los ruidos, píos de aves, gritos rotos,arañan escalándolo, lloviéndolo,el gran silencio que nos reservamos,isla habitada sólo por dos voces.Del naufragio tristísimo, en el alba,de aquel callar en donde se abolíalo que no era nosotros en nosotros,quedamos solos,prendidos a los restos del silencio,tú y yo, los escapados por milagro."¡Tardar!", grito del alma."¡Tardar, tardar!", nos grita el ser entero.Nuestro anhelo es tardar.Rechazando la luz, el ruido, el mundo,semidespiertos, aquí, en la porfiada penumbradefendemos, inmóviles, trágicamente quietos,imitando quietudes de alta noche,nuestro derecho a no nacer aún.Los dos tendidos, boca arriba,el techo oscuro es nuestro cielo claro,mientras no nos lo niegue ella: la luz.El cuerpo, apenas visto, junto al cuerpo,detrás del sueño, del amor, desnudosfingen haber sido así siempre,vírgenes de las telas y del suelo,creen que no pisaron mundo.Aquí en nuestra batalla silenciosa-¡no, no abrir todavía, no, no abrir!-contra la claridad, está latiendoel ansia de soñar que no nacimos,el afán de tardarnos en vivir.Nuestros cuerpos ignoran sus pasados;horizontales, en el lecho, flotansobre virginidades y candor:juego pueril en su abrazar.Estamos-mientras la luz, el ruidono nos corrompan con su gran pecado-tan inocentemente perezosos,aquí en la orilla del nacer.Y lo que ha sido ya, los años,las memorias llamadas nuestra vida,alzan vuelos ingrávidos, se van,parecen sombras, dudas de existencia.Cuando por fin nazcamosabierta la ventana -¿quién, tú o yo?-contemplaremos asombradamentea lo que está detrás,incrédulos de haber llamado nuestra vida a aquello,nuestro dolor o amor. No.La vida es la sorpresa en que nos sueltacomo en un mar inmenso,desnudos, inocentes,esta noche, gran madre de nosotros:vamos hacia el nacer.Nuestro existir de antespresagio era. ¿No le ves al bordede su cumplirse, tembloroso, retrasandodesesperadamente, a abrazos,la fatal caída en él?Y al despedirnos -¡ya la luz, la luz!-de lo gozado y lo sufrido atrás,se nos revela transparentementeque el vivir hasta ahora ha sido sólotrémulo presentirse jubiloso-antes aun de las almas y su séquito-,pura promesa prenatal.
Sí, pasaba con frecuencia por aquí hace veinte años...
nada ha cambiado -o al menos no lo advierto-
en este rincón de la ciudad.
¡Hace veinte años!
¡El que yo era entonces! Bueno, en fin, yo era otro
hace veinte años, pero las cosas no lo saben...
Veinte años inútiles (¡y yo qué sé si lo han sido!
¿Acaso sé lo que es útil o inútil?)
Veinte años perdidos (y de haberlos ganado, ¿que sería?).
Intento reconstruir con la imaginación
quién era y cómo era cuando pasaba por aquí
hace veinte años…
No recuerdo, no puedo recordar.
El que entonces pasaba
si hoy existiera tal vez recordaría…
¡Hay tanto personaje de novela al que por dentro conozco mejor
que a ese yo mío que pasaba por aquí hace veinte años!
Sí, el misterio del tiempo.
Sí, el que nunca se llegue a saber nada.
Sí, el que hayamos nacido a bordo todos.
Sí, sí, todo eso o cualquier otra forma de decirlo…
Por aquella ventana del segundo piso, idéntica a sí misma todavía, más azul en el recuerdo,
se asomaba entonces una muchacha mayor que yo.
Y hoy, tal vez..., tal vez, ¿que?
Todo es imaginable cuando nada sabemos.
Física y moralmente estoy parado: no quiero imaginarme nada...
Un día subí esta calle pensando alegremente en el futuro,
pues Dios permite que aquello que no existe sea intensamente iluminado.
Hoy, al bajar esta calle, ni en el pasado pienso alegremente.
Cuando mucho, ni pienso...
Mi impresión es que las dos figuras se cruzaron en la calle no entonces ni ahora,
sino aquí mismo, sin que el tiempo perturbara su cruzarse…
Nos miramos indiferentemente el uno al otro.
Y yo, el de antes, fui calle arriba imaginando un futuro girasol.
Y yo, el de ahora, fui calle abajo sin imaginarme nada.
En la realidad esto tal vez sucediera,
en verdad sucediera,
carnalmente sucediera.
Sí, tal vez.
Ellos rompen el mundoEn pequeños trocitosEllos rompen el mundoA golpe de martilloPero a mí me da lo mismoMe da lo mismoBastante queda para míMe queda bastanteMe basta con amarUna plumita azulUn camino de arenaY un pájaro perezosoMe basta con amarUna delgada brizna de hierbaUna gota de rocíoY un grillo del monteEllos pueden romper el mundoEn pequeños trocitosBastante queda para míMe queda bastanteTendré siempre un poco de aireUn hilillo de vidaEn el ojo algo de luzY el viento en las ortigasE incluso, inclusoSi me meten en la cárcelBastante queda para míMe queda bastanteMe basta con amarEsta piedra pulidaEstos ganchos de hierroDonde queda un poco de sangreLa quiero y la quieroA la tabla de mi cama duraAl jergón y a la armaduraY el polvo en el solMe gusta el ventanillo abiertoY los hombres que entranQue avanzan, que me llevanDe nuevo a la vida del mundoY a encontrar el colorMe gustan esos largos montantesEse cuchillo triangularEsos señores negramente vestidosEs mi día y estoy orgullosoLo quiero y me gustaEsa panera llena de ruidoDonde poso mi cabezaOh, sí, la quiero convencidoMe basta con amarUna brizna de hierbaUna gota de rocíoUn amor de pájaro perezosoEllos rompen el mundoCon sus pesados martillosBastante queda para míQueda bastante, corazón mío.
Si pudiera escribirse"de su boca no salió infamiani con sus manos causó dolorni destiló su corazón inquina";si eso pudiera escribirse sobre
su tumba,su barro,su osamenta;
si eso pudiera escribirse sin
reserva,
torsión
ni desmemoria…;entonces sí: entoncesante él o ella
yome postraría.
El corazónque tenía en la escueladonde estuvo pintadala cartilla primera,¿está en ti,noche negra?(Frío, frío,como el aguadel río.)El primer besoque supo a beso y fuepara mis labios niñoscomo la lluvia fresca,¿está en ti,noche negra?(Frío, fríocomo el aguadel río.)Mi primer verso.La niña de las trenzasque miraba de frente ¿está en ti,noche negra?(Frío, frío,como el aguadel río.)Pero mi corazónroído de culebras,el que estuvo colgadodel árbol de la ciencia,¿está en ti,noche negra?(Caliente, caliente,como el aguade la fuente.)Mi amor errante,castillo sin firmezade sombras enmohecidas,¿está en ti,noche negra?(Caliente, caliente,como el agua de la fuente.)¡Oh, gran dolor!Admites en tu cueva nada más que la sombra.¿Es cierto, noche negra?(Caliente, caliente,como el aguade la fuente.)¡Oh, corazón perdido!¡Réquiem aeternam!
¿No lo oyes? Sobre el mundo,eternamente errantede vendaval, a brisas o a suspiro,bajo el mundo,tan poderosamente subterráneaque parece temblor, calor de tierra,sin cesar, en su angustia desolada,vuela o se arrastra el ansia de ser cuerpo.Todo quiere ser cuerpo.Mariposa, montaña,ensayos son alternativosde forma corporal, a un mismo anhelo:cumplirse en la materia,evadidas por fin del desoladosino de almas errantes.Los espacios vacíos, el gran aire,esperan siempre, por dejar de serlo,bultos que los ocupen. Horizontesvigilan avizores, en los mares,barcos que desalojencon su gran tonelaje y con su músicaalguna parte del vacío inmensoque el aire es fatalmente;y las avestienen el aire lleno de memorias.¡Afán, afán de cuerpo!Querer vivir es anhelar la carne,donde se vive y por la que se muere.Se busca oscuramente sin saberloun cuerpo, un cuerpo, un cuerpo.Nuestro primer hallazgo es el nacer.Si se nacecon los ojos cerrados, y los puñosrabiosamente voluntarios, esporque siempre se nace de quererlo.El cuerpo ya está aquí; pero se ignora,como al olor de rosa se le olvidala rosa. Lo llevamosaliado nuestro, se le miraen los espejos, en las sombras.Solamente costumbre. Un díala infatigable sed de ser corpóreoen nosotros irrumpe,lo mismo que la luz, necesitadade posarse en materia para versepor el revés de sí, verse en su sombra.Y como el cuerpo más cercanode todos los del mundo es este nuestro,nos unimos con él, crédulos, fáciles,ilusionados de que bastaráa nuestro afán de carne. Nuestro cuerpoes el cuerpo primero en que vivimos,y eso se llama juventud a veces.Sí, es el primero y eran dieciséislos años de la historia.Agua fría en la piel,zumo de mundo inédito en la boca,locas carreras para nada, y luegoel cansancio feliz. Tibios presagiossin rumbo el rostro corren,disfrazados de ardores sin motivo.Nos sospechamos nuestros labios ya.La primera soledad se siente en ellos.¡Y qué asombrado es el reconocerseen estas tentativas de presencia,nosotros en nosotros, vagabundospor el cuerpo soltero!Alegremente fáciles,se vive así en materiaque nada necesita si no es ella,igual que la inicial estrella de la noche,tan suficientemente solitaria.Así viven los serestiernamente llamados animales:la gacelaestá en bodas recientes con su cuerpo.Pero luego supimos,lo supimos tú y yo en el mismo día,que un cuerpo que se buscacuando se tiene ya y se está cansadode su repetición y de su pulso,sólo se encuentra en otro.¿Con qué buscar los cuerpos?Con los ojos se buscan, penetrantes,en la alta madrugada, ese paisajedel invierno del día, tan nevado;en el lecho se buscan,donde estoy solo, donde tú estarás.La blancura vacíase puebla de recuerdos no tenidos,la recorren presagios sonrosadosde aquel rosado bulto que tú eras,y brota, inmaterial masa de sueño,tu inventada figura hasta que llegues.Allí, en la oscura noche,cuando el silencio lo permite todoy parece la vida,el oído en vela escuchavaga respiración, suspiro en eco,sospechas del estar un cuerpo aliado.Porque un cuerpo -lo sabes y lo sé-sólo está en su pareja.Ya se encontró: con lentas claridades,muy despacio.¡Cómo desembocamos en el nuevo,cuerpo con cuerpo igual que agua con agua,corriendo juntos entre orillasque se llaman los días más felices!¡Cómo nos encontramos con el nuestroallí en el otro, por querer huirlo!Estaba allí esperándose, esperándonos:un cuerpo es el destino de otro cuerpo.Y ahora se le conoce, ya, clarísimo.Después de tantas peregrinacionespor temblores, por nubes y por números,estaba su verdad definitiva.Traspasamos los límites antiguos.La vida salta, al fin, sobre su carne,por un gran soplo corporal henchidaslas nuevas velas:atrás se cierra un mar y busca otro.Encarnación final, y jubilosonacer, por fin, en dos, en la unidadradiante de la vida, dos. Derrotadel solitario aquel nacer primero.Arribo a nuestra carne trascorpórea,al cuerpo, ya, del alma.Y se quedan aquí tras el hallazgo-milagroso final de besos lentos-,rendidos nuestros bultos y estrechados,sólo ya como prendas, como señasde que a dos seres les sirvió esta carne-por eso está tan trémula de dicha-para encontrar, al cabo, al otro lado,su cuerpo, el del amor, último y cierto.Éseque inútilmente esperarán las tumbas.
Con tu muerte pierdo un pedazo del amor que hay por mí
sobre esta tierra.
Con tu muerte se me ha muerto esa ciudad
que conocí contigo
y donde no volveré:
sería pisar sobre sobre cenizas,
caminar sobre los escombros de una vida.
Y sé muy bien que no estarás.No estarás en la calle,en el murmullo que brota de nochede los postes de alumbrado,ni en el gesto de elegir el menú,ni en la sonrisa que alivialos completos de los subtes,ni en los libros prestadosni en el hasta mañana.No estarás en mis sueños,en el destino originalde mis palabras,ni en una cifra telefónica estaráso en el color de un par de guanteso una blusa.Me enojaré amor mío,sin que sea por ti,y compraré bombonespero no para ti,me pararé en la esquinaa la que no vendrás,y diré las palabras que se diceny comeré las cosas que se comeny soñaré las cosas que se sueñany sé muy bien que no estarás,ni aquí adentro, la cárceldonde aún te retengo,ni allí fuera, este río de callesy de puentes.No estarás para nada,no serás ni recuerdo,y cuando piense en tipensaré un pensamientoque oscuramentetrata de acordarse de ti.
Por la escalera sube una mujercon un caldero lleno de penas.Por la escalera sube una mujercon el caldero de las penas.Encontré a una mujer en la escaleray ella bajó sus ojos ante mí.Encontré la mujer con el caldero.Ya nunca tendré paz en la escalera.
Víspera de viaje, ese timbrazo...¡No me avisen con demasiada estridencia!Quiero disfrutar del reposo de la estación del alma que tengoantes de ver avanzar hacia mí la llegada de hierrodel tren definitivo,antes de sentir la partida verdadera en la boca del estómago,antes de poner en el estribo un pieque nunca aprendió a no emocionarse siempre que tuvo que partir.Quiero, en este momento, fumando en el apeadero de hoy,seguir todavía un poco agarrado a la antigua vida.¿Vida inútil, que sería mejor dejar, que es una celda?¿Qué importa?Todo el Universo es una celda, y estar preso no tiene nada que ver con el tamaño de la celda.Me sabe a náusea próxima el pitillo. El tren ya partió de la otra estación...Adiós, adiós, adiós, a todos los que no vinieron a despedirse de mí,mi familia abstracta e imposible...¡Adiós día de hoy, adiós apeadero de hoy, adiós vida, adiós vida!Quedarme como un bulto con etiqueta olvidado,en un rincón del resguardo de pasajeros del otro lado de la vía.Ser encontrado por el guarda casual después de la partida«¿Y ésta? ¿Se la habrá dejado un tipo aquí?»Quedarse pensando sólo en partir,quedarse y tener razón,quedarse y morir menos...Voy hacia el futuro como hacia un examen difícil.¿Y si el tren nunca llegara y Dios se apiadara de mí?Ya me veo en la estación hasta aquí simple metáfora.Soy una persona perfectamente presentable.Se nota -dicen- que he vivido en el extranjero.Mis modales son de hombre educado, evidentemente.Tomo la maleta, rechazando al mozo, como a un vicio vil.Y la mano con que tomo la maleta me tiembla y la hace temblar.¡Partir!Nunca volveré,nunca volveré porque nunca se vuelve.El lugar al que se vuelve siempre es otro,la estación a la que se vuelve es otra.Ya no está la misma gente, ni la misma luz, ni la misma filosofía.¡Partir! ¡Dios mío, partir! ¡Me da miedo partir!...
No rechaces los sueños por ser sueños.Todos los sueños pueden ser realidad,si el sueño no se acaba.La realidad es un sueño.Si soñamos que la piedra es la piedra,eso es la piedra.Lo que corre en los ríos no es un agua,es un soñar, el agua, cristalino.La realidad disfraza su propio sueño, y dice:«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»Pero nunca se va, nunca se pasasi fingimos creer que es más que un sueño.Y vivimos soñándola.Soñar es el modo que el alma tienepara que nunca se le escape lo que se escaparíasi dejamos de soñar que es verdad lo que no existe.Sólo muere un amor que ha dejado de soñarsehecho materia y que se busca en tierra.
No querría morirAntes de haber conocidoLos perros negros de MéxicoQue sueñan sin dormirY los monos de desnudo traseroHambrientos en los trópicosY las arañas de plataEn sus nidos de burbujasNo querría morirSin saber si la lunaCon su falso aire de tunaTiene un lado picudoY si el sol es fríoY si las cuatro estacionesSon realmente cuatroY sin haber probadoA salir con un vestidoA arbolados paseosY sin haber miradoPor el ojo de una alcantarillaY sin haberme puesto un vestidoEn rinconcillos rarosNo querría acabarSin conocer la lepraO las siete enfermedadesQue se cogen allá abajoY lo bueno y lo maloMe darían igualSi si si supieraQue tendría aguinaldoY también existeTodo lo que conozcoTodo lo que aprecioY que sé que me gustaEl fondo verde del marDonde bailan los tallos de algaSobre la arena onduladaY la hierba tostada de junioLa tierra que se agrietaEl olor de los pinosY los besos de ellaQue esto que lo otroQué guapa que allí estáMi querida ÚrsulaNo querría morirAntes de haber usadoSu boca con mi bocaSu cuerpo con mis manosCon mis ojos el restoY ya no digo es precisoser muy respetuosoNo querría morirSin que sean inventadasLas rosas eternasLa jornada de dos horasEl mar en la montañaLa montaña en el marEl fin del dolorLos diarios en coloresLos niños bien contentosY tantas cosas másQue duermen en los cráneosDe ingenieros genialesDe jardineros jovialesDe sesudos socialistasDe urbanos urbanistasY de pensativos pensadoresTantas cosas que verA ver y a entenderTanto tiempo esperarY en lo oscuro buscar
Y yo que veo el finQue gruñe y que se acercaCon su gesto torcidoY que me abre sus brazosDe rana patituerta
No querría morirNo señor no señoraAntes de haber tocadoEl gusto que me atormentaEl gusto que es el más fuerteAntes de haber gustadoDe la muerte el sabor...
Tu vida es tu vida
no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión
mantente alerta
hay salidas
hay una luz en algún lugar
puede que no sea mucha luz pero
vence a la oscuridad
mantente alerta
los dioses te ofrecerán oportunidades
conócelas
tómalas
no puedes vencer a la muerte pero
puedes vencer a la muerte en la vida, a veces
y mientras más a menudo aprendas a hacerlo
más luz habrá
tu vida es tu vida
conócela mientras la tengas
tú eres maravilloso
los dioses esperan para deleitarse
en ti.