lunes, 20 de julio de 2009

Misteriosamente feliz (por Joan Margarit)

La escucho y cae la lluvia,
y pienso en aquel perro solitario
que iba detras del ataúd de Mozart.
Le sigo en los compases de este piano
y en los caminos que dibuja el agua
al irse deslizanado en los cristales.
Voy, misteriosamente feliz, siguiendo a un perro
hecho a la vez de música y de lluvia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias.