viernes, 23 de octubre de 2009

Aún (por Antonio Gamoneda)

Amé. Es incomprensible como el temor de los árboles.
Ahora estoy extraviado en la luz pero yo sé que amé.
Yo vivía en un ser y su sangre se deslizaba por mis venas y
la música me envolvía y yo mismo era música.
Ahora,
¿quién es ciego en mis ojos?
Unas manos pasaban sobre mi rostro y envejecían dulcemente.
¿Qué fue existir entre cuerdas y olvidos?
¿Quién fui en los brazos de mi madre,
quién fui en mi propio corazón?
Es extraño: solamente he aprendido a desconocer y olvidar.
Es extraño:
todavía el amor
habita en el olvido.

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